En comparación con el oro y el platino, la plata tiene más propensión a empañarse cuando se usa a diario. Sin embargo, su mantenimiento es fácil y puede limpiarse de manera eficaz. Un método simple consiste en usar pasta de dientes: aplícala en la joya de plata, frota suavemente con un cepillo de dientes de cerdas suaves, enjuaga la joya con agua para evitar las marcas blancas, luego sécala con un paño limpio.
Si tu joya de plata necesita una limpieza más profunda, el rodiado es una opción. Esta técnica, realizada por un profesional, le da vida a la joya. Para más información, consulta nuestro artículo sobre el rodiado (insertar el enlace al artículo sobre el rodiado). A tener en cuenta: la técnica de rodiado también puede aplicarse a las joyas de plata y oro blanco.