Los corindones con color se llaman zafiro. Por lo tanto, existen varios colores de zafiro como el color azul (color generalmente más conocido), amarillos, violetas... Todos se llaman zafiro excepto el rojo, que se llama rubí.
Su color proviene de diminutas trazas de cromo que reemplazan el aluminio en su estructura. La cantidad de cromo define así la intensidad del rojo. Sin embargo, los rubíes con tonos marrones presentan, además, trazas de hierro.
El rojo se presenta en todas las tonalidades. Los rubíes de un mismo yacimiento no presentan sistemáticamente la misma intensidad y por lo tanto no determinan el origen. Los rubíes claros se valoran menos que los rojos. En el pasado, los birmanos descartaban las piedras pálidas o rosadas, porque no las encontraban lo suficientemente "maduras".
El rubí más buscado presenta un rojo franco, sostenido, así como un ligero toque de azul para oscurecerlo. Este color perfecto se llama "sangre de paloma". Sin embargo, existen otros colores rojos con la denominación rojo cochinilla, rojo ponceau, clavel, encarnado o bermejo...
El color rojo del Rubí se debe al cromo, a diferencia de su primo el Zafiro que obtiene su color azul del hierro y del titanio.
El color más buscado para un Rubí es el color ''sangre de paloma'' que también es el más raro y que solo se encontraba en el valle de Mogok en Birmania, que resulta ser el valle histórico de los Rubíes.
El segundo color más buscado es el Rojo Real o ''sangre de conejo''. Los rubíes de este color provienen de Camboya y Mozambique.
Cuidado con el rubí de Mozambique: Es importante tener cuidado al comprar un Rubí, ya que en los últimos años Mozambique se ha convertido en el principal país productor de Rubíes y muchas piedras son de color rosa oscuro y muchos vendedores intentan hacerlas pasar por Rubíes cuando en realidad son zafiros de color rosa oscuro.