Si aún dudas en tu elección de gema, te recomendamos comparar las virtudes de cada una para saber cuál te resultará más útil.
Diamante
El diamante posee numerosas virtudes: estimula la circulación sanguínea, regula las toxinas, otorga valor y fortaleza, favorece un buen sueño, aleja las pesadillas y facilita el descanso, y alivia las tensiones. También protege contra las energías negativas que entorpecen la claridad mental. Este gran símbolo de pureza es reconocido por su poderosa influencia en el espíritu.
Rubí
El rubí combate la fatiga y resulta eficaz contra problemas digestivos. Favorece la cicatrización de heridas y regula el sistema sanguíneo. Además, está reputado para tratar afecciones cardíacas y circulatorias. En el día a día, puede ayudar a reducir el colesterol al actuar directamente sobre los órganos, promoviendo la longevidad. Puede incrementar las probabilidades de concebir, estimular la vida sexual y devolver la alegría y el entusiasmo. Asimismo, aleja las pesadillas, canaliza la concentración y regula la hiperactividad. Refuerza la voluntad y el coraje, y fomenta la prosperidad. Como símbolo de pasión y amor, el rubí intensifica el afecto hacia los demás y hacia uno mismo.
Esmeralda
La esmeralda es conocida por fortalecer y regenerar el sistema digestivo, contribuir a reforzar el sistema inmunitario y devolver la energía, aliviar la fatiga ocular y las afecciones de los ojos, y ayudar a combatir infecciones como la gripe, otitis, anginas y sinusitis. También se reconoce su acción calmante contra las migrañas. Estimula la digestión y tranquiliza el intestino, además de proteger las articulaciones y la columna vertebral. Es apreciada por quienes buscan equilibrio y desean crear condiciones favorables en su vida diaria, siendo considerada una piedra de amor, conocimiento y armonía. Ayuda a resolver conflictos antiguos y fomenta el perdón, aporta gran calma interior y modera las pasiones. Finalmente, estimula la apertura hacia los demás, la benevolencia y el espíritu de cooperación.
Zafiro
El zafiro también cuenta con múltiples virtudes. Actúa como tónico general para el bienestar corporal y la salud. Ayuda en los procesos de desintoxicación y purificación, alivia migrañas y dolores de cabeza, trata fiebres e inflamaciones, reduce el insomnio, regenera la piel, el cabello y las uñas, estimula la vitalidad y mitiga la ira. Es especialmente eficaz para problemas de ojos y oídos, y beneficioso para la tiroides. Además, fomenta la confianza en uno mismo y la perseverancia. Representa la esperanza y la fe en momentos difíciles, simbolizando la estabilidad, la solidez y la fidelidad.